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amigocarne

Como un bicho extraña a la luz.

Pensamientos de tirarse al mar. que le sugieren vestidos de algas en las mujeres, mariscos en su plato, ahogarse en altamar. Repeticiones macabras en la parte posterior de su cerebro. Olores en los supermercados que lo transportan a ropa color pastel, labios rojos, cabellos de telaraña, cosquillas de polilla, ojos como puertas al infierno. Aparece en sus sueños cada dos horas solo nombrada y desesperado busca como buscar. La tierra entre sus dedos es barro y la extraña como un bicho extraña a la luz.

Son paseos de sudor en el sotobosque lunar, los hongos crecen como maleza. Le gira la cabeza de vértigo en el arrebol pensando en distintas formas de volverla a ver sin que su pelo se queme como un fósforo eterno.

Recovecos húmedos donde pasear y fumar. Un abrazo en el balcón. Dos se tambalean como un bote en la costa. El tejido fue creciendo exponencialmente de su cabeza al resto de su cuerpo (menos sus pies que siempre se van). Le llegan como terapia de shock por la noche. Por la mañana viene la nostalgia que espera no volver a ver (pero si compartir). Las brasas se terminan de apagar. El último cachorro de la gata se durmió. Una última ola al cangrejo. El tabaco se hizo humo en su boca y descartó la idea de morir en el mar.

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