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amigocarne

Adiós Sofía.

Llegar al hogar
es como despertar
hay tanto de bueno en esto,
como las fantasías
de alguna conversación distante
y el té a las cinco de la mañana.

Las cosas necesitan aire,
no moverlas por un momento
dejarlas pasar y decir basta,
los abrazos del chao siempre serán infinitos
como las promesas y los labios mojados,
el devenir constante de las fotografías en el internet
el siempre repetir y revisar el rostro
del diálogo,
de mis pies en la tierra
los rayos en las miradas
tantas tormentas al pedalear.

Lo genial que ocurre de noche
es que nadie quiere despedirse
los abrazos abundan
tanto como esperar humeante en la esquina
porque si
siempre porque si.

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