El pasto no está cansado.
La habitación es una nave espacial
el día se hace de noche y nadie nombra
a las hojas caídas que dan paso al final,
los hilos cuelgan desde el techo
compuertas hacia adyacentes dimensiones
adonde los perros en sueños pasean por entre las camas,
que estos atraviesan, aunque sus aullidos se escuchen lejos.
Emisarios del norte y el sur
caminantes de la tierra a pies descalzos
contemplando al caballo soplar oraciones
en voz alta.
Mochilas verdes en el espeso,
tintineos que galopan hacia el trance
hacia el momento que jamás termina
hacia la cabecita que duerme,
al cuerpo inmóvil.
Una persecución ultima y astral
por entre sus dedos
sus cansancios
sus viajes y vistas al río,
Por entre los pañuelos escondidos
merodeando el fantasear
contándote en pasado todo lo que va a suceder
con cierta premonición de gato cansado.
Desde las orillas del camino pavimentado
se extienden las tierras fértiles en ocasos,
alargándose hacia los lagos
se encumbran bosques como
manos al infinito
hacia los lados
ahuyentados por la carretera.
0 comentarios