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amigocarne

Elucubraciones varias

Carretera Austral.

Recuerda llegar a pueblos que parecen suspendidos en el tiempo. Donde los perros se pasean en jaurías todos moribundos, sedientos de alguna mano amiga para infectar. No te olvides tampoco de siempre nadar hacia el Sur. Fuma hierbas en algún pasillo húmedo mientras afuera llueve neblinosamente. La tierra roja el clima verde y profundo. Desiertos oníricos al costado del pulmón, que se pasean como bichitos negros de patas cortas, ingenuamente masajeándote el cerebro y el corazón.

Los santos no religiosos adeptos a la garganta y al sonido, consagrados a la forma espiral infinita. Sufren de la espalda. Pero creen (con firmeza que vacila) en que toda narración es un cuadro, un paisaje, un viaje en tren. No sirve de mucho añorar a otros estando en lugares tan inmensamente boscosos, dorados como el aceite de maravilla, como el verde turquesa paseando en los ríos, ellos no olvidan donde están sus pies como tampoco que no están dejando de rodar hacia mas alucinaciones de verde profundo.

Autos que corren a mas de doscientos y suenan como abejorros gigantes de otro planeta. Zumbando por la Carretera Austral donde las nubes se comen a la tierra y la inundan de negro. Por siempre te invade una melancolía (modalidad bebida alcohólica). Te invade como la furia quema al insecto.

Niebla.

Robar flores del cementerio entregadas mediante la vía láctea. El lago rojo profundo en el que nado me da unos pies de cemento. Olas de concreto. El hombre siempre es libre cuando se tiene que ir. El sur es el norte y los preparativos bien densos. El camino es como escuchar a un caballo galopar. Camiones que suenan como trenes. Frio es respirar. Campos de estrellas moviéndose y todo es viajar, descansar y respirar.

Escapar a toda velocidad de lo que se tiene miedo. Porque hay que mirarlo sin una burbuja de luz sobre la cabeza. Las vibraciones siempre irán hacia un buen lugar. Patrones de sueños lucidos. Visiones dormitando (con el cuerpo olvidado) de realidades paralelas. Los hombres de arcilla seca viven en por lo menos tres mundos simultáneamente.

Cementerios como Valparaíso. Arboles de treinta metros haciendo de guardianes en las tumbas para que nadie te arranque las flores.

Laberintos.

Las fotos de su niñez yacen apiladas en un rincón. Está seguro que nos faltan frescas corrientes de viento como también que algún día las hormigas reinarán su hogar. Para cualquiera hacer la cama es un escándalo, ruido y líquidos en las cuatro esquinas. Los amigos viven en las torres de concreto y antenas de papel, solo se pueden comunicar con vasos plásticos e hilos amarrados por detrás.

El trance viene con el sol. Ráfagas de viento impresas en las fotos del paisaje son el camino con el mono y el elefante hacia el espiral.  Perros corriendo por toda la eternidad tras los autos de sus dueños que jamás volverán. Ríos juveniles se deslizan por entre los sauces que hicieron llorar, por diminutos panoramas cristalinos y olvidadizos.

Salió entonces al balcón después de conversar meses con ella en su imaginación, prendió el cigarrillo en el frío del verano y con la cara somnolienta recordó entendió escribió compuso una ultima explicación, un disparo profundo a su pecho violeta. En el fondo. Pese a todo. Excluyendo todo. A él le obsesionan los laberintos en las nubes y en su cama.

Retina Infinita.

Las luces están tatuadas en la retina infinita. Las miradas cruzan el ambiente como flechas en el evento a beneficencia para el desaparecido. La gente que escucha su música en las muchedumbres son livianas como una pluma y parecen flotar al caminar. Dicen que basta un par de zapatillas o un corte de pelo para caer en el regazo de la somnolencia, en el bus hipnótico que se desvanece subiendo la cordillera, que se desvanece contigo y otras diecisiete personas aproximadamente.

Tuvieron que caer como estrellas sobre sus penes para que la inseguridad se tomara un par de meses y comenzase la verdad. Dicen también por ahí que hay un niño, un padre, un abuelo y un espíritu santo en el cascaron que llamamos cuerpo. Los niños saben componer muy lindas melodías en sus pianos de juguete. Hoy explotó como una bomba la adolescencia en sus sabanas, la mancha de sangre era como un girasol. El abuelo es adicto al peligro y murió de cáncer al pulmón. El espíritu se fue volando con los ángeles al cielo.

Sístole - Diástole.

Todo es suspiros últimamente, los castillos arremolinados sobre su cabeza dejaron de vender la marca de cigarro que él fumaba. Desde el último golpe azaroso en su vientre que no se puede concentrar. Ladrillos color rojo marrón se despellejan en el cielo y caen sobre sus podridos dedos, poco le interesa, hoy hay una espectacular ráfaga romántico-amorosa que lo hace olvidar de cómo bombea su sangre. Sístole. Diástole.

En la cara narcoléptica hay señales que prueban que no puede dejar el respiro de añorar, los lugares comunes lo persiguen como una jauría de perros en celo. Bien rabioso jala discos y películas cual cocainómano en busca del rostro, ombligo, uñas, labio, hueso de cadera. Las memorias aparecen y desvanecen como luces de neón en la carretera (que de día es una sabana, de noche un huracán).

El vertiginoso corazón inundado como barco atormentado en un vaso de agua, desparramado sobre sus miembros se rige por la ley del no esfuerzo. Así que entre sueños como una palomita la mujer se le aparece esperando sentada en un árbol. Entonces se despierta y recuerda que en su profunda colección submarina yace esa marca en la región izquierda del torso de esta chiquilla.

Sincronografía.

Ojala las gotas te chorreen por los hombros hasta los codos. Esperemos que tu mano se haga gris y colores fríos la adornen. Que colores cálidos alumbren tu pelo. Todos los poetas (conocidos y por conocer) ojala, te sostengan la cara para que puedas dormir. Flotando. Anhelo que de tu pecho, aparezca una puerta azul. Y que de esta puerta entremos a una biblioteca, que escupa libros, precisos y necesarios para ti. Que puedas leer ahí por siempre, para que el barro no manche tus mundos tristes, solitarios y perfectos. Tal vez te gastaste ya. Hay cosas que cambian. Pareciera que tú no. Contigo nunca hay tiempo o hay mucho tiempo. Deseo bastante que no vuelva a pasar nada raro. Que todo esto baje y podamos ser un poco más felices. No es necesario que te vayas porque me voy a ir yo.

El alma enganchada.

Parece mucho tiempo,

El que pasó sin verla tiene

Un olfato ácido y una facilidad enorme

Para quedarse dormido

Las flechas rotas y la niebla

Bajando, corriendo

Cuando uno es pequeño

Hay mil lugares para dormir,

Hoy no hay ninguno

Todos contaminados con las juventudes

Que jamás conocimos

Poco tiempo ha pasado

Y casi se me olvida

Como las expectativas eran bajas

Pero las energías altas

Hoy tuve un sueño

(Ojala te hubieses aparecido por ahí)

La sonrisa era tosca

Las cenizas masticables

Bajo el torso, todas las piernas dormidas

El invierno casi termina y con lo poco que nos queda

Desperté por fin

Con tareas que no puedo cumplir

Vago bajo las nubes de algodón

Cosas que salen mal

Porque salen de arriba

Tras masticarlas hasta que se les acaba el sabor

Y el color

Es un agradecimiento

Siempre lo es, de eso se trata

Todo esto

De juguetes motorizados antiguos

Funcionando solo si no tenías miedo

Te extraño

Siempre y cuando

Solo eso y nada más.

Otoñal.

Un edificio puede separar al cielo en dos,
gato de mirada fija que siempre te acompaña,
calambres y calaveras veo en la alfombra.

Te espero con vidrios en los ojos,
siempre y cuando me vengas a ver,
los lentes empañados estarían ahí,
como la última lluvia de invierno que vimos caer.

Revoloteos ardientes de insomnio,
revuelcos, pesadillas y sueño
en la insomnia.

Entonces me atraganto en Sol,
veo de vuelta un otoño eterno,
madrugadas frías respirando agua,
el viento te azota y levanta,
parabrisas con hojas; rojas, amarillas y cafés,
manos tomadas sin sudor.

Escribiré una historia en mi cabeza,
llena de accidentes, donde el océano es el escenario
y todos salen sonrientes.

Todos volvemos al mismo lugar,
una mirada oscura que ya no puedo recordar.

El olor en mis manos desatadas,
el sueño terrible que no deja descansar,
escondites con tu nombre en cada esquina y lugar.

Almohada.

Almohada.

Tu colección de suspiros y mis fantasías delgadas, colillas en el suelo semipintadas de rojo. Un caballo sicodélico en la inmensa estructura Kafkiana. en la maquina del sueño; lugares donde perderse, lugares donde encontrarte.
Un botón en mi camisa quedó abierto. El elefante rosado de la esquina, cuando suspiró, dijo: soy el viento.
Yo cuando respiro soy el eco, navegando en tres lugares. Tu olor asomado como un perro en la puerta. Estás durmiendo sobre los cadáveres fértiles que te hacen mujer, afilada en los recovecos de cada situación.
No hay minutos, numero digital o brazo de reloj que valgan para cuestionar(te).
Las luces van rojas blancas verdes azules, parpadean y aterrizan en mis hombros firmes.
De la espina a la cabeza; vaivén espacial, un calambre desnudo en mi pie. Tus sonidos del bosque, los besos infinitos, los cabellos desordenados sobre mi pecho, al que le gustaría respirar solo para que duermas como siempre has querido. El mapa interno que me imagino dentro de ti no es más que un laberinto. No hay resumen, no tiene principio ni final, inundado y vacío como barco en un vaso de agua. Semanas que avanzan como caracol.

Eran dias de semana.

Las disertaciones sobre los cúmulos aéreos se acabaron,
mi aliento de ceniza no tiene como remediarlo.
Por los laberintos calles
yo he caminado,
perdido
con mi sombra extendida en los rojos del oriente.
El viaje es débil
porque la mente vive en otro lado,
dispersa,
como granizo.
Amaneceres volantines,
desiertos apareciendo del vacío.
En la mente del siniestro
nadie te conoce si no te ha visto,
una mirada basta conchetumadre.
Los pasajeros en el tren,
desiertos, como luciérnagas
esperando hacerle el amor a tu mujer.
Hechas de yeso
las mangas de tu camisa,
desiertas también.
No hay razón para la depresión,
bloques de cemento contra genocidios fatales,
la bomba no es nada,
el miedo lo es todo.
La mirada es desierta,
como suben gargajos por mi boca,
la cabeza mareada,
de tanta multitud.
Desiertos en la boca de cada estadio nacional
invierno nuclear en la cara de todo ciudadano.
La madrugada oscura
bocinas y sirenas a las ocho de la mañana
narices empapadas
pacos en la esquina
pañuelos en las caras,
el movimiento es lento en la ciudad donde nadie se da cuenta.
Inclínate un poco en el balcón,
observa como todo crece y vuelve a ceder.

Andalucía.

Vivo de tu figura ausente
de sombras que te veo en los pasillos,
rara vez
mi cara mirando tu cara,
sabanas mal plegadas
oh si,
tu olor en el cojín despierto
de respiraciones angustiadas
me nutro
de acercar mi nariz de sabueso
a los pasos que has dado,
escupo en vez de hablar
se me nota alterado
te pregunto:
¿debiera ser mas precavido?
¿Mas osado tal vez?
¿No existir?
¿O cubrir con la escritura cada rincón vacío?
no sé donde estoy ni mis pies ni mis rodillas
al acecho de que todo pase
no pasa nada.
Te quiero abrazar con frio.
Tocar con hambre.
Ser sincero con horror.
Suave que voy a aterrizar.

Playa de los santos astronautas rusos.

Playa de los santos astronautas rusos.

Trata mi alma
como un antibiótico
Rechíname los dientes
como vagón de tren.

Silbidos ajetreados en mis orejas,
burocráticas semillas germinando,
No es época para la locura espontánea.

El reloj, cada vez que lo leo
me pide calma y serenidad,
que con los pies enterrados en la arena,
me hunda en el mar, me arrastren los pies,
me hunda en la arena.

Más triste y perfumado a desesperación,
similar a tener la boca seca, empalagosa.

Trátame como un anciano, tranquilo,
que ya estoy cansado de las construcciones en vano.
Aburrido de la expectativa
que se ve como un enjambre de pájaros,
aleteando disparatados sobre mi cabeza.

Me gustaría no volver a bombardear
mi estomago querido,
ya muchas emociones tuvo,
dejémoslo tranquilo.

Echemos humo despacio
Acostémonos sobre el vapor
que exhalamos
en estos pálidos días de frío.

Agujeros en el cielo.

Agujeros en el cielo.

A esta hora
la Luna no se ve.
Ahora está y ahora
lo recuerdo.
Un largo cúmulo de nubes
siendo arrastrado al oeste
en las faldas de la cordillera
como un tren de algodón.
Aun así
escucho el latido de mis pasos
que van corriendo,
por la selva inteligible.
El tiempo esta vez
a diferencia de veces anteriores,
está aquí,
Mas presente que cualquier masturbación.
Ningún suicidio es digno
de tal nubarrón.
Este es el lugar donde deberías estar;
Inhóspito,
Contrario a toda prueba
que tu personalidad pueda presentar.
Olvida los castillos y las construcciones
no hay luz verde ni amanecer para ti,
Solo hojas como helicóptero
a las seis de la mañana.

Escafandrico.

Escafandrico.

No escribo
Desde la última vez que escribo.
Desde haber vomitado furtivamente en la calle
y haberme bajado en la micro para eso
y haberme manchado los zapatos.
De haber susurrado al oído
cortésmente maldiciones
sin ningún garabato entremedio
pero todos incluidos.
Llego a mi casa con dos cuerpos encima
cabellos en mis pestañas.
Estuve en la cama
como enfermo terminal
completando como crucigramas
todos los sucesos ocurridos
incluso
en los que no fui participé.
Vi muchas bocas
con muchas luces
conjugadas en sonrisas.
Y aprovecho de mirarlos a todos cuando no me están mirando
es raro también cuando te pronuncias y te ríes
o no continuas con las conversaciones
tal vez por que de repente
insulto a todos, sin siquiera
entrar en cuenta en el momento.
La cordillera en cambio, nevada
nunca se calla
y los sueños de terciopelo
aventuras propaganda y
naves espaciales
jamás se terminan.
Hablamos en todo momento.
La nube voladora sobre mis hombros
siempre sigue ahí.
Aunque, supongo que, es un problema
porque me deposito
altero todo
lo desordeno.
Mis energías vibrantes se sienten
en un lugar específico.
Poca gente quiere tantos problemas.

Atrapado en reversa.

Atrapado en reversa.

Como una llave abierta;
Chorreando
En la micro los autos pasan como hojas de libro rápidamente ojeadas
Perdido en contemplaciones de fuego
en observaciones laboriosas
de los cuadros, de las conversaciones, de los silencios
no – casuales
La idea sueño va mas rápido
que la lógica del aquí para siempre (que es ley)
Dos silencios eternos
en mutua eternidad
una eterna mutuidad
siendo noche y día
en la mañana/ en la tarde
Huesos manos serpientes
elucubrando anillos por millones
corre que corre
Risa histérica en la poca respiración
No muy sobrio como para regresar adonde anidé mi consciencia, mis sueños detectivescos, mis miradas súperperdidas, mi sexto dedo inflamándose como puta madre.
Acuérdate por favor de la alarma constante
que te llama a zambullirte en la cama
como bomba a punto de explotar
y desencadenar una nueva era de lo renovable y cantable
próximamente en el karaoke de su esquina mas cercana.
Mareado, como un faro
para estar más viejo, para estar más cerca
en las piernas como mapas en las venas
como alcantarillescos planes maquiavélicos
acompañados de conspiración
promesas trazadas con compás
en el mapeo de lo circundante
lecturas de alta mar.

Hypno.

Hypno.

Tras las palabras,
Los gestos y la compañía
Existen estos mensajes subterráneos
Importa tan poco
Basta con decir,
Yo lo entiendo donde entiendo lo metafísico
Y nos toca y nos altera cuando dormimos
Nos aparece gente normalmente jadeando
Nosotros gritando
Despiertos nos acurrucan las infinitas posibilidades
Morenas como el azúcar y el pan
Las cosquillas nos tocan las piernas
pensamos tal vez
En agua
Fantaseamos tal vez
En agua
Resbalosos como pescados
Derretidos como mantequilla
Se nos ocurren tal vez
Cosas, que porque debemos; dejamos pasar
Pero la serpiente con sus bocas abiertas se revuelve,
Sumerge y bucea por nuestra materia gris
Una idea nada sofisticada ni espectacular
Bien libre, sin pensar en bailar
Te escondo en mi bolsillo
Y tu ves todo lo que yo veo
Nos fumamos juntos
El cielo nos pincha y nos perfuma
Poco personal y bien amistoso,
Bien ansioso
Un refugio nuclear para dos
Una servilleta que nos silbe a los dos
Acostados en un sillón
Patas pa’ arriba
Riéndose pero siempre estando solo
Que nada pasé tras nosotros
Sin tropezar
Quiero que explote y fluya como volcán
De mermelada
Bien lento y profundo
Acelerado porque ambos nos tenemos que ir
Estaremos, solo para irnos
Consejos para librarse un poco del smog
Para estar presentable y bien vestido
Para empujarse y correr
Que un par de veces a la semana
La ciudad
sea nuestro colchón
Y el pasto nuestra salvación
La soledad; el progreso
El resto solo Mar, Estática y Ruido.

Galacto.

Galacto.

El humano nació con la curiosidad
Las bestias se comieron todo alrededor
Recuerdo la melancolía
Algo vaga en estos días
Como la gran sombra de un pájaro
de gran envergadura,
Libélulas
Como fantasmas de ayer
Hoy las palabras no me ayudan mucho
La gente atrapada
en los complejos de mi mente
cayendo por los distintos agujeros del conejo,
Todos vivimos dentro de todos
Nos vemos y tocamos por distintos canales,
cables rojos y verdes
Hay algunas casas en mis sueños
que me gustaría volver a visitar,
Con sus texturas y todo
Con sus gentes y todo
Ya pasé una eternidad contigo aquí
Eres lo que queda
Y la única que cree que en mi estómago aún hay espacio.

Los estados últimamente
sólo llegan y se van sin el menor aviso
Queda solo locura nerviosa y juvenil,
Estomacal,
Las sublimes elevaciones
son hoy día laberintos dentro de laberintos
Las frecuencias
Me colocan,
No me recuerdo tan cerebral
No tan ansioso porque algo pase
Me gustaría
sostenerte dos veces
Echarte en mi café
Y que te dividas y (me) conquistes
Como antes cuando todo solía hacerlo
Quiero que cantemos como pájaros enjaulados
Ser susurros en tu pelo con ojos cerrados
Y soplar hasta que no te importe
Hasta que a mi me importe
Que las mañanas somníferas de Sol y frío
Me deslicen sonriente
como por hielo
Algo así, bien estomacal
Tengo, porque no me hacen falta
repetitivos ritmos rituales,
Que me hacen cabecear y gozar
arrugar mi cara e inventar accidentes
Crisis de las que me gusta beber.

Porque por todo esto que mencioné
y otro sinfín de cosas que ahora no quiero explicar porque me dan risa,
puedo decir con plena libertad;
Como cayendo
En caída libre desde un avión
Como mirando de la ventana de un auto correr
Lo digo porque puedo, con plena libertad
que todo viene de ahí
Florece y se muere y vuelve a florecer
Millones de estaciones pasan rápidas como trenes
Es cosa de cerrar los ojos
Agarrar un puñado
Para enjuagarte la cara y ver que nada está lejos de aquí
Ni de mí ni de ti
Ni de mí ni de ti
Ni de los amigos que vuelan de risa.

La fiebre del calor y el frio del escalofrío

La fiebre del calor y el frio del escalofrío

Mi estomago cae pesado, como bolsa de supermercado
cuando extraño,
mi cara me arrastra hacia el suelo
todo me ofrece escalofríos
Da incluso un poco de miedo dormir
porque tengo bastante claro
que es ahí donde no puedo apagar
esta tormenta de ti en mi cabeza
recuerdos impresos, implantados, tatuados
otros inventados
que derriten la hora como mermelada
que se demora en escurrir
no sé si me olvidé
o nunca supe
Pero no sé como deberia ser
nada nunca es como deberia ser
nada es nunca como pienso que es
me he encontrado en estos callejones
de ladrillos rojos muchas veces ya,
ojala estés ahí de alguna forma
medio escondida como te he visto en mis sueños
si no es asi, pues no será la primera ni la ultima
eso es bien seguro,
solo que cada vez que pasa
me siento mas opaco y con menos suspiros
que la ultima vez
como un viejo,
Me han dicho que la fe
es solo una cosa
está en la piel y no en la cabeza
es la seguridad de saber que aun estoy vivo
mordiendo y pataleando.

Peregrino.

Peregrino.

Desde las entrañas hasta el pellejo
es una inundación
de cabellos
de miradas
de suspiros
inundaciones de saliva
pies
y dedos,
El Sol siempre está bajando
acercando el calor
todo se filtra y se corroe
te toma de repente del plexo
se extiende hacia donde quieras mirar
películas en el sillón
cigarros al esperar
una canción para caminar
alguna hora del día
algún trago amargo
un recuerdo o fantasía mal dirigido
oscurece e ilumina todo
como una tempestad
arrancando el cielo
asaltando mi tiempo
que solía no tener dueño
es bueno tener algo en que gastar
como cuando niño
que toda razón era una razón
para llorar
recuerdo bien claro entregarle el regalo
y correr
hasta que alguno de los dos lo olvidara
eso explica todo
siempre me acuerdo
haber estado triste sin razón
con ataques de melancolía
cuando un algún periodo terminaba
como si fuese a terminar por siempre
esa era la idea
tener siempre un drama bajo la manga
alterando percepciones
escondiendo recelosamente las ideas de miedo,
Pensé
que en algún punto
todo se haría mas fácil
que era culpa mía
pero ya no me quedan las bolas
para masticar
nada
ni para buscar
nada
solo un deseo subterráneo que raya en la cobardía
como tu risa enjaulada
como mi incapacidad de alcanzarte alguna vez,
subterráneo
como humo en el baño.

Claustrofobia.

Claustrofobia.

Después de esta desfachatez no siento nada

Ni las manos acalambradas o las manos

Nerviosas moviéndose en el espejo

Como lamento haber estado tan malogrado,

Quemado por el oleaje del dolor y la resaca

La sonrisa como línea en el tren

Y mi espalda grande como una montaña, girando

Pasando a llevar con los hombros, con los lentes

Estar en un auto empañado

Sin poder respirar

En una hilera a veinte mil metros

Todas MUY iguales

Cuando me apago todo se alarga

La espera, se acortan los cigarros

Chantada y media vuelta

No es como el pésimo esencial

Sujeto a la

Raíz del árbol madre

Es solo disconformidad y aversión

A algo que me golpea

Los abrazos fraternales

Si

Con los pies flectados

Como los quise

(Los sueños siempre son mucho mejores)

Vapores mientras despierto

Tardes frías, pies descalzos

Te saludo me agarras y me voy

Apenas te vi

Supongo que

Eres parte de ese gran AQUELARRE

Intocable, indeseable

Todos obviamente no prefieren

La aversión

Pero como todos se ponen tan cerca

Digo yo

Casi huelo

Esa esencia

Tuya y en todos lados,

Pies como preparándose a volar

Eso QUIERO yo,

El vino

Mal cortado

No me lo puedo tomar así

Y si no vienes

Yo

Ni cagando

Voy

Con cara de jadeos espectaculares,

Me fui cayendo al dolor de cabeza

Y la cruz del sur

Más fumadas sin sentido

Todo está abierto al parecer

Me suena a que

Somos los mismos de siempre

(Duerme)

Me queda un buen rato

Esto aun no termina señores

Con el poco interés y la ciencia en eso

Que ya nadie se molesta en ver.